dimecres, 10 de març del 2010

Los servicios secretos en la época de Felipe II, en el mundo turco-berberisco

Cervantes y la Berbería (1)es un vivo recorrido por la historia de la intensa interrelación que existió entre ambos. Dividida en tres partes, la obra arranca desde el formal marco histórico y cronológico que nos describe la creación y evolución política de Berbería (nombre con el que en siglo XVI se designa al actual Magreb;


 Desde los comienzos del siglo XVI con los griegos Aruch y Jeredín Barbarroja -de la isla de Mitilene, al igual que el sultán Solimán el Magnífico-, hasta el último cuarto del siglo con Hasán Veneciano; anticipo de los que van a ser los gobernadores de esta Berbería en los comienzos de la edad moderna: gentes de procedencia distinta, aventureros con fortuna -la maktub- que medran gracias al esfuerzo personal. El modelo de príncipe nuevo que señaló Maquiavelo. Estos reyes de Argel, en términos de Antonio de Sosa -aunque ya Jean Bodin en su Seis libros de la República, aparecida en 1576, nos habla también de los reinos de Berbería- compañero de cautiverio de Miguel de Cervantes, están recorridos por estos personajes de fortuna, bastantes de ellos renegados-conversos, en un ejemplo de la diversidad o mestizaje y de lo dinámico y abierto de esta sociedad. Como ejemplos, el caso del sardo Hasán Aga, del corso Ramadán, del calabrés Euch Alí o de Hasán Veneciano, e incluso del sultán Solimán el Magnífico, rey de reyes, ollero o ceramista de origen genovés. Será el antes citado Antonio de Sosa, junto con Cervantes, el personaje más referido de la obra, y uno de sus actores principales, puesto que a partir de su Topographia e historia general de Argel y de su Diálogo de los mártires de Argel, los autores de este estudio -los profesores Sola y de la Peña- logran dar más viveza al cuadro general de Berbería, al contar con el testimonio de primera mano de alguien que vivió en ese mundo de frontera.
Pero el origen de estos reyes no es sino reflejo del origen de las gentes de este reino: un origen "popular" o "humilde", mayoritario entre los nuevos llegados a Berbería, y que constituirán una "burguesía" a lo largo del siglo, enriquecidos con el corso y con el comercio. Una sociedad abierta, bilingüista, -la lengua franca de la que nos hablan Cervantes y Sosa- de mestizaje cultural... de frontera. Una sociedad de gran movilidad social o de posibilidad de ascenso social rápido para alguien sin particulares virtudes, o al menos especialmente sofisticadas, caracterizada a la vez por una permisividad en lo sexual que escapaba a la comprensión y a los modos de una sociedad como la cristiana-inquisitorial de la España de la época. No es de extrañar por tanto la fuerte impresión que produce este medio "cosmopolita" en un cristiano, además eclesiástico, como Antonio de Sosa, que no duda en considerar a esta sociedad sin "honra".
Pues bien, como señalábamos antes, al comienzo de este comentario, éste es el punto de partida de Cervantes y la Berbería, el marco histórico y evolutivo del gobierno de Berbería, necesario claro está, pero muy distinto de la intensidad que alcanza la segunda parte, titulada Berbería en tiempos de Cervantes. Lo narrado en este punto, y digo narración más que análisis, porque por lo intenso e interesante, o curioso cuando menos de lo tratado, uno se siente rápidamente transportado por ese "intramundo" de la política que se desarrolla en este apartado: el de los servicios secretos y las complicadas negociaciones "bajo la mesa" que se establecen entre dos mundos enfrentados como son el español/cristiano y el turco/musulmán. Un "intramundo" apenas visto, por otra parte, en los libros o manuales al uso de historia.
El gran personaje vertebrador de este capítulo será Euch Alí o Euchali -Alí Bajá en realidad, pues el Euch o Aluch, que significa converso o renegado, es el sobrenombre popular con el que se le conocería- a quien podría considerarse el Jeredín Barbarroja de los tiempos de Felipe II. Es ejemplo de ese príncipe nuevo que decíamos al comienzo, o también el paradigma mitificable de la cultura popular, al decir de los autores del libro. Efectivamente, es un nuevo modelo de personaje hecho a sí mismo, lo que ahora es dado en llamarse según la expresión inglesa, a self made man. Por este carácter arquetípico, nos detendremos un momento en su figura. Calabrés de origen, de nombre cristiano Dionisio Galea, fue capturado en 1536 ó 1537, a la edad de 18 años. Hacia el 1551 ó 1552, reniega de la religión cristiana y se convierte en hombre de confianza de Dragut, comenzando a partir de 1560 su imparable ascenso político que, a partir de 1565, muerto Dragut, se acelerará, ascendiendo al gobierno de Trípoli y ya en 1568, al de Argel. Como hombre de destacada importancia, será objeto de las atenciones de los servicios secretos españoles quienes, a través de los hermanos Gasparo Corso, Francisco y Andrea, establecerán negociaciones con él, tendentes a atraerle al servicio de la Corona española. Problemas de carácter interno en Argel, unidos a la filtración de estas negociaciones, provocarán su precipitada salida a Estambul, aunque aún desde allí seguirá rigiendo los destinos de Argel, a través de sus hombres de confianza. Participaría en la batalla de Lepanto (1571) y sería el único turco que saldría airoso de aquella jornada, lo que le valdría ser nombrado gran almirante de la armada otomana. Su influencia aún sería notable hasta 1587, año en el que muere.
Acabamos apenas de referir a los servicios secretos españoles, uno de los elementos que ya hemos indicado como de los más interesantes de la obra. Los autores nos describen un complicado mundo de intereses, agentes, y las más insólitas situaciones (caso del fraile Cristóbal Pérez) y negociaciones. Es efectivamente un vivísimo relato de un mundo éste, el de los espías, que puede sorprender y atraer la curiosidad de no pocos lectores, desde luego cuando menos del que esto escribe. Un complicado entramado de agentes como decía, presentes en todos los lugares de interés para España, cuyas figuras destacadas pudieran ser Giovanni Margliani, negociador de las treguas que, a partir de 1578, se establecen entre España y la corte de Estambul, o Aurelio Santa Cruz, alias "Bautista Ferraro", hombre clave de los negocios secretos del Rey de España en Estambul durante veinte años (1564-1584). Pero existen muchos más, como los anteriormente mencionados hermanos Gasparo Corso, Juan o José Micas, Juan Barelli, el griego Juan Cuvenzi, Jaime de Losada, Antón Avellano, Francisco Peloso, Martín Vázquez de Acuña, el luqués Morat Aga... etc. Un entramado que se acercaba hasta el propio Sultán, como es el caso de Hurem Bey (Urrem Bey u Orambey), intérprete mayor de éste, y también al servicio de España. Las acciones de estos agentes serán plenamente apoyadas desde España, que no regateará dineros ni esfuerzos pese a la crisis, intensificando aún más su acción tras la batalla de Lepanto.
Aún el propio Cervantes realizará una sencilla misión para estos servicios secretos, una vez puesto fin a sus cinco años de cautiverio, cuando en 1581, ante la tensa situación provocada por Euchali -llegada a Argel desde Estambul con setenta galeras, en lo que parecía una seria amenaza militar- acude a Orán a recabar información (cartas del alcaide de Mostagán).
La parte tercera, titulada Cervantes y la Berbería, nos describe, especialmente a través de su creación literaria, la percepción que, del mundo berberisco, obtiene nuestro célebre creador tras sus años de cautiverio. A través de su obra literaria, nos mostrará las diferentes gentes que conformaban la Berbería, siendo en el Coloquio de los perros, donde Cervantes aborde por primera vez la cuestión morisca, grupo al que había conocido durante sus años de cautiverio. En esta primera aproximación será en donde con mayor acritud se aborde la descripción de este grupo, señalando las características de los mismos de manera muy negativa. De hecho, anticipándose a la expulsión de 1609, defiende ya la posibilidad de ésta. Cuando esta medida tenga lugar, será muy alabada por Cervantes tanto en el Quijote como en el Persiles. Los cinco años de cautiverio argelino de Cervantes, le habían enseñado que el problema morisco era uno de los telones de fondo del problema berberisco. Sin embargo, el gran objeto de las críticas de Cervantes será el renegado malo, aquellos que han cambiado de "ley" y que actúan con mala fe contra los de su sangre. Esas gentes, y no los moriscos, eran los principales causantes de los males de las costas y marinas españolas. El propio Cervantes, a entender de Eisenberg, hubiera estado tentado de cambiar de ley, para que se quedara en Berbería como turco de profesión (musulmán nuevo). Una clara tentación, pues podía ofrecerle a Cervantes un elemento vital para él y que está presente en su obra: la libertad. Pero sería una libertad del cuerpo, o libertad en esta vida, más que una libertad del alma. Significaría poder comer mejor, medrar económicamente, ascender en la escala social (al modo de Euchali o el veneciano Andreta, Hasán Veneciano a quien Cervantes conoce y con quien se le "relaciona", como ahora veremos) o una mayor permisividad sexual, en comparación con lo encorsetado de la sociedad española. No sería extraño que en alguna conversación, informal o no, entre cautivos se abordase la cuestión. No sería sino, en la mayoría de los casos, un acto oportunista, con un carácter temporal. Es la figura del renegado bueno cervantino, que recoge firmas de cautivos que certifiquen su buena conducta y su arrepentimiento para cuando llegue la ansiada ocasión de regresar a su patria, volviendo a su "ley natural". Pero Cervantes no podía quedarse en Berbería, no era su lugar, no era su patria natural, no encontraba el alimento espiritual e intelectual que necesitaba.
Tema éste, el de las posibles "tentaciones" que hubiera podido sentir Cervantes, que ha dado lugar a la polémica, especialmente en lo sexual. Como muestra, los estudios de Rosa Rossi, que cuestiona la heterosexualidad de Cervantes y que, de un modo humorístico, es rechazado por el profesor Sola al decir que "mientras que los biógrafos de Cervantes, del siglo XIX y primera mitad del XX, se esforzaban en buscarle novias a Cervantes (en Nápoles, Lisboa o Madrid), ahora parece que los nuevos investigadores se empeñan en buscarle novios, y no solamente en Argel". Cuestión ésta la del sexo, que Cervantes utiliza como recurso literario erótico-festivo, en la línea de lo percibido por los medios populares. Sus dos grandes temas "serios" serían la libertad -ya citada- y la pobreza. El sexo sería para él algo secundario, subordinado a los temas anteriores, y utilizado de forma distendida, con una mirada quizás más abierta que otros autores de la época, pues a fin de cuentas, él había podido conocer otro mundo, con una manera de vivir la sexualidad diferente.
A modo de conclusión, insistir en esa idea de "viveza" del relato, que consiguen los profesores Sola y de la Peña, entre otros elementos al acercarnos un mundo complejo y subterráneo como es el de los servicios secretos, sin olvidar lo más importante: la aproximación a la persona de Cervantes, más allá del Cervantes "histórico" mostrando un retrato más cercano, más personal. También debemos señalar como se adentra el libro en ese mundo de "frontera" que es Berbería, zona de roce de dos mundos, de mestizaje cultural y forjadora de grandes personalidades que, partiendo del desarraigo, se constituyen en sociedad fecunda y dinámica. Un mundo como decimos, de desarraigados, de renegados-conversos, que permanecerán en la frontera, también una tierra de promisión para los moriscos, y un mundo epatante para aquellos que provienen de la otra "ley", y para los cuales ya nada podrá ser igual, no sólo por las vivencias sufridas y la experiencia acumulada, sino porque retornados a su patria natural, habrán de sufrir las sospechas de sus "iguales". No debía ser fácil la readaptación, tras haber conocido una nueva sociedad con sus propias normas culturales, tan distintas de los corsés sociales y religiosos que atenazaban -¿o atenazan?- nuestro país. En ese difícil marco hubo de manejarse el célebre autor de -"nuestra"- Alcalá de Henares, y es en ése mismo marco en el que esta obra ha sabido también manejarse.

[1] Cervantes y la Berbería. Cervantes, mundo turco-berberisco y servicios secretos en la época de Felipe II. Emilio Sola y José F. de la Peña. Fondo de Cultura Económica. Madrid, 1995.

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Bibliografia

- August Caimaris i Torres (b. Ciutadella, Menorca, 1835 - d. ? ), Autor del Ensayo sobre la invasión turca de Ciudadela de Menorca en 1558 por el Bajá Mustaphá Piali y causas que la motivaron (Essay on the Turkish Invasion of Ciutadella, Minorca, in 1558 by the Pasha Mustafà Piali, and The Causes Behind It).
- E. SOLA CATAÑO ''El marco de la toma de Ciudadela de Menorca por Piali Bajá, en julio de 1558".
- Cayetano Rosell, "Historia del combate naval de Lepanto", 1853.
- Almirante Jurien de la Gravière, "Les Corsaires barbaresques et la marine de Soliman le Grand", París, 1887.
- José Antonio Martínez Torres, "Prisioneros de los infieles: vida y rescate de los cautivos cristianos en el Mediterráneo musulmán (siglos XVI-XVII)‎", Edicions bellaterra, 2004.
- Josep Pallicer, "Gironins a Menorca"

Referències de cerques

1) Papacy and the levant (1204-1571): The Sixteenth Century to the Reign of...


 

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